Hoy caminas por el Puente de Hierro hacia la niebla o desde la niebla, tanto monta, y recuerdas las palabras de Juan Marsé: Hay dos maneras de construir una novela, ir añadiendo todo lo que en ella no sobre o ir quitando todo lo que en ella no sea indispensable. La niebla hace lo propio con el paisaje: añade los árboles, el alquitrán, las farolas apagadas o bien quita todo lo que no es sobrante, y así sigues tu camino. Sabes que al otro lado hay una bodega fundada en 1890. Respiras. Tu aliento es también niebla. Tú, polvo enamorado.
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